SE PROHIBIÓ LA HUELGA DEL 9 DE MARZO EN ITALIA POR LA EMERGENCIA DEL CORONAVIRUS

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El Comité de Garantía prohíbe la huelga feminista del 9 de marzo en Italia. Los días 8 y 9 de marzo nos quitan el instrumento de la huelga pero, a pesar de la imposibilidad de abstenernos del trabajo asalariado, no renunciaremos a ocupar las calles y plazas en todas las formas posibles, en comunicación transnacional con todas las luchas feministas, con toda la imaginación y multiplicación de prácticas y lenguajes de que somos capaces.

Mientras la marea de la huelga feminista y transfeminista se levanta en todo el mundo, en Italia nos acercamos a los días 8 y 9 de marzo en una situación extraordinaria y sin precedentes.

El viernes 28 de febrero, debido a la emergencia sanitaria ligada a la propagación del Coronavirus, la Comisión de Garantía prohibió la huelga general del 9 de marzo convocada por los sindicatos de base por recomendación de Non Una di Meno. Una prohibición formal, que se añade a las gravísimas consecuencias materiales que las ordenanzas regionales tienen en la vida de las mujeres y de les trabajadores que iban a hacer huelga el 9 de marzo.

En este contexto, queremos destacar una incoherencia sustancial en las medidas adoptadas para limitar la propagación del contagio: mientras que algunas autoridades piden que se vuelva al curso “normal” de los negocios para proteger la economía, el costo de la crisis sanitaria recae en gran medida en las mujeres y en les trabajadores.

En este sentido, la emergencia está haciendo que la “normalidad” de las condiciones sociales y económicas contra las que luchamos cada día se haga más evidente.

En las regiones donde las ordenanzas han impuesto el cierre de las escuelas, miles de trabajadoras han perdido sus salarios o han recibido salarios reducidos. Algunas porque son profesoras precarias, muchas porque tienen que quedarse en casa con los niñxs, o con lxs ancianxs o enfermxs más expuestxs a los efectos del virus.

Durante semanas, las trabajadoras de la salud y las enfermeras han estado trabajando sin parar en condiciones de igualdad de salario. Las trabajadoras domésticas y de cuidados, especialmente las migrantes, asumen una parte importante del riesgo para la salud a cambio de salarios de miseria, mientras que las trabajadoras del servicio de limpieza trabajan en turnos agotadores para garantizar la higiene en los entornos públicos y privados. Y, entre ellas, las migrantes sufren aún más el chantaje del permiso de residencia vinculado al trabajo. Al mismo tiempo que se cierran las escuelas, el teletrabajo y el smartworking se ha presentado de vez en cuando como una solución obligatoria o recomendada y, en cualquier caso, siempre la mejor. Todavía no se ha prestado ninguna atención a las condiciones materiales de las trabajadoras. Trabajadoras precarias, con contratos de colaboración, trabajadoras autónomas, con números de IVA: ¿cómo podrían quedarse en casa? ¿Y quién no tiene un hogar? ¿Quién tiene una casa que no es un lugar de trabajo adecuado?

Además, la gestión de emergencia del riesgo de contagio ha puesto de manifiesto, sobre todo, las consecuencias que en los últimos años se han producido por el desmantelamiento del sistema de bienestar y por la desinversión de la salud pública a favor de la salud privada: los trabajos que garantizan la reproducción social son indispensables, pero siguen sin ser reconocidos mientras se intensifica su explotación.

Por esta razón, desde que se implementaron las ordenanzas, mucho antes de que se prohibiera la huelga del 9 de marzo, nos hemos preguntado cómo replantear sus formas, sabiendo que la abstención del trabajo habría sido un sacrificio demasiado grande para todas estas mujeres y que la interrupción de las actividades reproductivas podría ser imposible para quienes se ven obligadas a gestionar el riesgo de contagio con su trabajo de cuidado, en ausencia de cualquier apoyo público.

Durante esta emergencia, la violencia masculina y de género, que ha matado a catorce mujeres en Italia desde principios de año, incluidas seis mujeres trans, y que afecta a personas LGBT*QIA, no ha cesado. Por el contrario, las cuarentenas corren el riesgo de exasperar la violencia doméstica. Seguiremos luchando para que estas condiciones no permanezcan invisibles y para que todas puedan escapar del chantaje de la violencia. Hoy, más que nunca, exigimos un sistema de bienestar universal y una renta de autodeterminación, porque ya no estamos dispuestas a asumir el trabajo de cuidado, gratuito o mal pagado, que hacemos todos los días.

La emergencia ha intensificado el racismo: el de los que ocupan cargos institucionales y el de las calles que se manifiesta con agresiones contra las personas extranjeras. Las limitaciones a las manifestaciones y asambleas públicas que hoy están motivadas por el riesgo de contagio ayer tenían – y mañana seguirán teniendo – la cara ordinaria de las leyes de seguridad. Por eso, seguiremos exigiendo la abolición de estas leyes, demandando un permiso de residencia europeo sin condiciones y denunciando la violencia que tiene lugar en las fronteras y en los CPR [Centros de Permanencia para la Repatriación].

En estos años hemos practicado la huelga global feminista y transfeminista luchando por su proclamación también por parte de los sindicatos, por su organización en los lugares de trabajo, por una transformación de sus formas a partir de la centralidad del trabajo doméstico y de cuidados y del rechazo de los roles impuestos y de las jerarquías de género, convirtiéndola en un poderoso instrumento de levantamiento contra la violencia patriarcal. Los días 8 y 9 de marzo las autoridades nos quitan el instrumento de la huelga, pero, a pesar de la imposibilidad de abstenernos del trabajo asalariado, no renunciaremos a ocupar las calles y las plazas en todas las formas posibles, en comunicación transnacional con todas las luchas feministas, con toda la imaginación y multiplicación de prácticas y lenguajes de que somos capaces. Lo haremos porque nos mueve la urgencia de hacer oír nuestra voz contra la violencia de una sociedad que nos explota, oprime y mata.

Porque el 8 y 9 de marzo, en todo el mundo, nos queremos vivas y libres: ¡arriba las y les que luchan!

Non Una Di Meno – Italia

 

Vietato lo sciopero del 9 marzo per l’emergenza Coronavirus

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La Commissione di Garanzia vieta lo sciopero femminista del 9 marzo. L’8 e il 9 marzo lo strumento dello sciopero ci viene sottratto ma, nonostante l’impossibilità di astensione dal lavoro salariato, non rinunceremo affatto a occupare le strade e le piazze in tutte le forme che saranno possibili, in comunicazione transnazionale con ogni lotta femminista, con tutta la fantasia e la moltiplicazione di pratiche e linguaggi di cui siamo capaci.

Mentre la marea dello sciopero femminista e transfemminista si sta alzando in tutto il mondo, in Italia ci avviciniamo alle scadenze di lotta dell’8 e 9 marzo in una situazione straordinaria, senza precedenti.

Venerdì 28 febbraio, a causa dell’emergenza sanitaria legata alla diffusione del Coronavirus, la Commissione di garanzia ha vietato lo sciopero generale del 9 marzo convocato dai sindacati di base su indicazione di Non Una di Meno. Un divieto formale, che si aggiunge alle pesantissime conseguenze materiali che le ordinanze regionali hanno sulle vite di quelle donne e lavoratrici che il 9 marzo avrebbero scioperato.

In questo contesto, vogliamo sottolineare un’incongruenza sostanziale delle misure adottate per limitare la diffusione del contagio: mentre alcune autorità chiedono di tornare al «normale» corso degli affari a tutela dell’economia, il costo della crisi sanitaria ricade in gran parte su donne e lavoratrici.

In questo senso, l’emergenza sta rendendo clamorosamente evidente la «normalità» delle condizioni sociali ed economiche contro cui lottiamo ogni giorno.

Nelle regioni in cui le ordinanze hanno imposto la chiusura delle scuole, migliaia di lavoratrici hanno perso il salario o ricevuto salari ridotti. Alcune perché insegnanti precarie, molte perché sono rimaste a casa con i/le bambin/e, o le persone anziane o malate più esposte agli effetti del virus.

Da settimane, le operatrici sanitarie e le infermiere lavorano senza sosta a parità di salario. Le lavoratrici domestiche e di cura, soprattutto migranti, assumono una quota significativa del rischio sanitario in cambio di salari da fame, le lavoratrici dei servizi di pulizia fanno turni sfiancanti per garantire l’igiene di ambienti pubblici e privati. E, tra di loro, ancora di più chi è migrante e sconta il ricatto del permesso di soggiorno legato al lavoro. In contemporanea alla chiusura delle scuole, il telelavoro e “smartworking” è stato presentato di volta in volta come soluzione obbligatoria o consigliata, in ogni caso sempre la migliore. Peccato che nessuna attenzione sia stata posta sulle condizioni materiali di lavoratrici e lavoratori. Lavori a chiamata, contratti di collaborazione, lavoratori autonomi, partite IVA: come avrebbero potuto stare a casa? E chi una casa non ce l’ha? Chi ha una casa che non è un posto di lavoro adeguato?

La gestione emergenziale del rischio di contagio, inoltre, ha reso evidenti soprattutto le conseguenze che in questi anni sono state prodotte dallo smantellamento del welfare e dal definanziamento della sanità pubblica in favore di quella privata: i lavori che garantiscono la riproduzione sociale sono indispensabili, ma continuano a non essere riconosciuti mentre il loro sfruttamento viene intensificato.

Per questo, da quando sono partite le ordinanze, ben prima che lo sciopero del 9 marzo fosse vietato, ci siamo chieste come ripensare le sue forme, sapendo che l’astensione dal lavoro sarebbe stata per tutte queste donne un sacrificio troppo grande e che l’interruzione delle attività riproduttive può essere impossibile per chi è obbligata a gestire con il proprio lavoro di cura il rischio del contagio, in assenza di qualsiasi supporto pubblico.

Nel corso di questa emergenza, la violenza maschile e di genere, che dall’inizio dell’anno in Italia ha ucciso quattordici donne, di cui sei donne trans, e colpisce le persone LGBT*QIA, non si è fermata. Anzi, le quarantene rischiano di esasperare la violenza domestica. Continueremo a lottare perché queste condizioni non rimangano invisibili e affinché ciascuna possa sottrarsi al ricatto della violenza. Oggi più che mai reclamiamo un welfare universale e un reddito di autodeterminazione, perché non siamo più disposte a farci carico del lavoro di cura, gratuito o mal pagato, che svolgiamo ogni giorno.

L’emergenza ha intensificato il razzismo: quello di chi occupa ruoli istituzionali e quello nelle strade con aggressioni contro le persone di origine straniera. Le limitazioni alle manifestazioni e alle assemblee pubbliche che oggi sono motivati dal rischio di contagio ieri avevano ‒ e domani continueranno ad avere ‒ la faccia ordinaria dei decreti sicurezza. Non faremo un passo indietro nel richiederne l’abolizione, nel rivendicare un permesso di soggiorno europeo senza condizioni e nel denunciare la violenza che si consuma lungo i confini e nei CPR.

In questi anni abbiamo praticato lo sciopero femminista e transfemminista globale lottando per la sua proclamazione anche da parte dei sindacati, per la sua organizzazione sui posti di lavoro, per una trasformazione delle sue forme a partire dalla centralità del lavoro domestico e di cura e dal rifiuto dei ruoli imposti e delle gerarchie di genere, facendone un potente strumento di sollevazione contro la violenza patriarcale. L’8 e il 9 marzo questo strumento ci viene sottratto ma, nonostante l’impossibilità di astensione dal lavoro salariato, non rinunceremo affatto a occupare le strade e le piazze in tutte le forme che saranno possibili, in comunicazione transnazionale con ogni lotta femminista, con tutta la fantasia e la moltiplicazione di pratiche e linguaggi di cui siamo capaci. Lo faremo perché ci muove l’urgenza di fare sentire la nostra voce contro la violenza di una società che ci sfrutta, ci opprime e ci uccide.

Perché l’8 e il 9 marzo, in tutto il mondo, ci vogliamo vive e libere: ¡arriba las y les que luchan!

Non Una di Meno

Se vi sentite parte di questa lotta, seguite gli aggiornamenti in tempo reale sulle iniziative che l’8 e 9 marzo si svolgeranno nelle diverse città sul blog nazionale e i canali social di Non Una di Meno e dei nodi territoriali e transterritoriali.

Sciopero 9 marzo: Lettera di Non Una di Meno alle strutture della CGIL

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Con una lettera diretta alle strutture della CGIL, Maurizio Landini, a nome di tutta la segreteria confederale, ha comunicato che il sindacato non aderirà allo sciopero lanciato dal movimento femminista e transfemminista Non Una di Meno per il 9 marzo. Ancora una volta la CGIL considera lo sciopero come strumento esclusivamente sindacale, cercando ostinatamente di cancellare il modo in cui negli ultimi anni esso è stato trasformato in tutto il mondo in una pratica politica autonoma di rifiuto radicale della violenza maschile e di genere. Di più: la proclamazione dello sciopero della scuola per il 6 marzo, inevitabilmente mette in difficoltà e rischia di sabotare le moltissime donne che, a partire dalla scuola, hanno preso parte allo sciopero femminista e transfemminista in passato rendendo evidente che è proprio la scuola uno dei campi in cui quella violenza viene prodotta e riprodotta e deve essere contrastata.

In un decennio che si è aperto con un impressionante numero di femminicidi, questo è il tempo della responsabilità politica contro la violenza maschile e di genere. Abbiamo detto e ripetuto in ogni modo che questa violenza ha un ruolo determinante nella precarizzazione delle condizioni di vita e di lavoro delle donne. È una violenza che comincia in famiglia e nelle case, che pervade la società, che entra nei posti di lavoro e di fronte la quale l’intervento sindacale e la contrattazione aziendale – anche se “di genere” ‒ sono evidentemente insufficienti.

Per questa ragione negli ultimi anni moltissime lavoratrici e delegate, anche della CGIL, hanno contribuito a organizzare lo sciopero femminista e transfemminista, come stanno facendo anche quest’anno nonostante le scelte della loro struttura, e hanno pubblicamente preso parola contro queste scelte. Come Non una di meno abbiamo fatto una scelta coraggiosa, in Italia come nel resto del mondo: allargare il senso dello sciopero, rilanciare la sua potenza (conflittuale e aggregativa) dentro e fuori i luoghi di lavoro. Un grido fragoroso. Non lo sciopero “delle donne” ma “a partire dalle donne“, ovvero dal punto di vista di soggetti che vivono sul proprio corpo la violenza, che la conoscono, la vedono negli occhi ogni giorno, che ne fanno esperienza anche attraverso lo sfruttamento e il razzismo.

La sfida è aprire una breccia di possibilità nel presente a partire da precise condizioni materiali, sfidare le strutture dell’oppressione, condividere un sogno e realizzarlo insieme, pensare a un mondo diverso senza lasciare nessuno indietro.
Ci chiediamo con quale legittimità e con quale forza la CGIL potrà ancora parlare di gender pay gap, della riforma dei congedi parentali, di reddito e salari, di contrasto alla violenza maschile e di genere e alle molestie sessuali sui luoghi di lavoro e di diritti civili dopo che, ancora una volta, nega il suo sostegno al movimento femminista che sta facendo dello sciopero il momento in cui dimostrare con una grande forza collettiva che nessuna battaglia contro lo sfruttamento e la precarietà è possibile senza schierarsi, senza se e senza ma, contro la violenza maschile e di genere.

Nonostante le scelte della segreteria della CGIL, noi continuiamo a scommettere sullo sciopero femminista e transfemminista, e sulla sua capacità di dare voce anche a tutte quelle lavoratrici e delegate che vogliono essere parte di questa lotta collettiva e globale, qualunque sia la tessera che hanno in tasca, e insieme a tantissime altre donne, migranti e soggettività LGBTIQ+ e resistenti che dentro e fuori i luoghi di lavoro, nelle case e nelle strade, faranno dell’8 e del 9 marzo giorni di lotta e sciopero globale. Perché ci vogliamo vive e libere dalla violenza! Perché lo sciopero è la nostra rivolta!

Una sfida che in altri paesi è stata ampiamente colta facendo del movimento trasfemminista una straordinaria opportunità per rilanciare conflitto, arrivare a forme di lavoro spesso sommerse e silenziose, costruire reti di solidarietà e di mutuo soccorso.

Non Una di Meno

MARZO 2020 – LISTA SINGOLE ADESIONI DI CATEGORIA (in aggiornamento continuo)

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ADESIONI DI CATEGORIA USB

ADESIONI DI CATEGORIA CUB

ADESIONI COBAS

ADESIONI CLAP

Scarica il VADEMECUM in pdf

VADEMECUM SCIOPERO 2020 NON UNA DI MENO – COME SCIOPERARE IL 9 MARZO (lista adesioni in aggiornamento)

vademecum 2020

Lo sciopero è un diritto

L’art. 40 della Costituzione dichiara: “Il diritto di sciopero si esercita nell’ambito delle leggi che lo regolano”. Lo sciopero è dunque un diritto di rango costituzionale in capo a ogni lavoratrice e lavoratore, sebbene negli anni abbia subito limitazioni che ne hanno intaccato la potenza. Anche per questo motivo,scioperare e rivendicare nuovi diritti rappresenta un elemento di rottura imprescindibile. Durante lo sciopero il rapporto di lavoro è sospeso, di conseguenza, anche la prestazione lavorativa da parte della lavoratrice e la retribuzione da parte del datore di lavoro.

 9 marzo 2020 – Sciopero generale di 24 ore, settore pubblico e privato

Anche quest’anno, per il 9 marzo, Non Una di Meno ha chiesto a tutte le organizzazioni sindacali di convocare lo sciopero generale di 24 ore, dunque in tutti i settori del pubblico impiego e del privato; a partire dalla convinzione che l’astensione dal lavoro produttivo sia un’articolazione fondamentale dello sciopero femminista (qui puoi leggere l’appello per lo sciopero di Non Una di Meno)

A oggi lo sciopero è stato proclamato da diversi sindacati di base. Sul blog http://www.nonunadimeno.wordpress.com potrai trovare alcune proclamazioniinviate alla Commissione di Garanzia.

Nelle 24 ore del giorno 9 marzo 2020, quindi, tutte le lavoratrici sia del pubblico impiego che del privato possono scioperare perché esiste la copertura sindacale generale. Il che significa che puoi scioperare anche se nel tuo luogo di lavoro non c’è un sindacato di quelli che hanno indetto lo sciopero e/o indipendentemente dal fatto che tu sia iscritta o meno a un sindacato (se vuoi saperne di più clicca qui).

La comunicazione dello sciopero arriverà all’azienda direttamente dalla Commissione di Garanzia, dalla Regione o dall’associazione datoriale alla quale l’azienda fa riferimento.

È comunque possibile, soprattutto per il comparto privato, che qualche datore di lavoro non riceva la comunicazione o neghi di averla ricevuta. In tal caso, controlla le comunicazioni affisse in bacheca, se non compare, richiedila al tuo responsabile del personale o contattaci per avere una copia dell’indizione e dell’articolazione dello sciopero nel tuo settore, così da poterla affiggere direttamente sul posto di lavoro.

A ogni modo, sul blog di Non Una di Meno, nel riquadro “sciopero 9 marzo”, saranno pubblicate le indizioni dei singoli luoghi di lavoro; puoi pertanto estrarre copia di quelle già inviate e utilizzarle.

È anche possibile, data l’estrema frammentarietà del mondo del lavoro contemporaneo, che in qualche luogo di lavoro privato – soprattutto tra quelli che non fanno riferimento alle maggiori confederazioni padronali – non sia stato indetto lo sciopero. In questo caso, rivolgiti al nodo di Non Una di Meno della tua città o a quello a te più vicino: è possibile provvedere all’indizione – tramite i sindacati – fino al giorno prima dello sciopero (fatta eccezione per i posti di lavoro sottoposti a L.146/90, i cosiddetti servizi pubblici essenziali, per i quali è necessario inviare la comunicazione al datore di lavoro almeno 10 giorni prima).

Scuole statali, ospedali e servizi sanitari pubblici territoriali, dato l’elevato numero e la capillare diffusione sul territorio, ricevono comunicazione dello sciopero tramite una Circolare che il MIUR (nel caso delle scuole statali) e la Regione (per ospedali e servizi sanitari pubblici territoriali) sono tenuti a inviare in ogni singola scuola e a ogni direzione di ente ospedaliero e/o ASL.

Nonostante la proclamazione sindacale dello sciopero, con relativa pubblicazione sul sito della Commissione di Garanzia Sciopero (http://www.cgsse.it), avvenga con largo anticipo rispetto alla data prevista, queste circolari spesso arrivano a ridosso dello sciopero o non arrivano e alle lavoratrici viene detto che non possono scioperare. Non solo le lavoratrici possono scioperare, ma è bene segnalare, attraverso la casella di posta elettronica di Non Una di Meno, dove questo accade, per procedere, là dove si persista, con una diffida sindacale.

La Circolare del MIUR verrà comunque pubblicata sul sito appena emanata, in modo da poter essere presentata in ogni scuola dalla stessa lavoratrice. Per la sanità pubblica, essendo le Circolari regionali, ci si può rivolgere al nodo di Non Una di Meno del territorio di appartenenza.

La lavoratrice non è tenuta a dichiarare preventivamente all’azienda la sua adesione allo sciopero, dunque non occorre alcuna comunicazione personale (se non quella dell’indizione dello sciopero).

Nel settore sanità e per molte altre categorie che utilizzano la turnazione, la copertura parte dal primo turno della mattina del 9 marzo e finisce all’inizio del primo turno della mattina del 10 marzo; tutte le lavoratrici possono quindi scioperare indipendentemente dal turno cui sono adibite: sia la mattina, sia il pomeriggio che la notte.

Nel caso del trasporto pubblico locale l’articolazione delle ore di sciopero, così come delle fasce protette, può variare da città a città.

Il settore marittimo è esonerato dallo sciopero.

Il settore del trasporto ferroviario della regione Calabria è escluso dallo sciopero.

Per il settore dei Vigili del Fuoco, lo sciopero nazionale è così articolato: personale operativo dalle ore 9,00 alle ore 13,00 (4 ore senza decurtazione); personale giornaliero o amministrativo (intera giornata).

RESTRIZIONI AL DIRITTO DI SCIOPERO: FACCIAMO CHIAREZZA

Sciopero nei servizi pubblici essenziali L. 146/90

La legge 146 del 1990 disciplina il diritto di sciopero per i servizi pubblici essenziali, cioè quelli volti a garantire il diritto alla vita, alla salute, alla libertà, alla libertà di circolazione, all’assistenza e previdenza sociale, all’istruzione e alla libertà di comunicazione.

I servizi per cui la legge disciplina tale diritto, quindi, sono molti e diversi tra loro: i più noti – per la loro vicinanza alla vita quotidiana della maggior parte delle persone – sono la sanità, i trasporti pubblici urbani ed extraurbani, l’amministrazione pubblica, le poste, la radio e la televisione pubblica e la scuola; ma devono essere garantiti anche i servizi di raccolta dei rifiuti,l’approvvigionamento di energie, risorse naturali e beni di prima necessità.

In tutti questi ambiti il diritto allo sciopero, quindi, non è assoluto ma relativo alla possibilità di garantire alcuni diritti dei cittadini.

Per questo motivo, per tutti i servizi sottoposti a L. 146/90, devono essere previsti i contingenti minimi di personale tramite contrattazione integrativa o accordo sindacato/azienda. È in capo al datore di lavoro il diritto/dovere di individuare le/i dipendenti da inserire nei contingenti minimi e inviare loro entro 5 giorni dalla data dello sciopero la comunicazione di“esonero dallo sciopero”, ovvero di recarsi in servizio il giorno dello stesso.

Qualora la dipendente inserita nei contingenti minimi abbia intenzione di scioperare, deve inviare entro 24 ore dal ricevimento dell’ordine di prestare servizio una comunicazione all’azienda della volontà di aderire all’astensione e, quindi, di essere sostituita.

L’azienda ha il dovere di verificare la possibilità di sostituzione della dipendente. Solo nel caso tale sostituzione non fosse possibile è ammissibile il rifiuto al diritto. In ogni caso, l’azienda deve comunicare alla dipendente di averla sostituita o meno, quindi se può scioperare o se deve lavorare.

Le aziende che erogano il servizio che lo sciopero potrebbe far venir meno, inoltre, sono obbligate con almeno 5 giorni di anticipo a dare comunicazione all’utenza sulle modalità e gli orari dei servizi essenziali garantiti.

Ricordati che il diritto allo sciopero è un diritto individuale in capo a ogni singola lavoratrice e lavoratore, sancito e garantito dalla Costituzione Italiana, e il cui esercizio non può essere precluso e/o limitato (se non per quanto riguarda le modalità di erogazione dei servizi di pubblica utilità di cui ai paragrafi precedenti).

Per chiarire qualsiasi dubbio o segnalare eventuali abusi al tuo diritto di scioperare contattaci a questa e-mail: nudmsciopero@gmail.com.

Proveremo a rispondere alle tue richieste e seguiremo con il supporto di sindacati e legali qualsiasi sopruso verrà riscontrato.

Qui e di seguito puoi scaricare le singole adesioni di settore (in continuo aggiornamento):

ADESIONI DI CATEGORIA USB

ADESIONI DI CATEGORIA CUB

COBAS

SLAI COBAS 

 

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